Tal y como aseguran los investigadores, se trata de una intervención multidisciplinar. Por un lado, se realiza un programa de cribado específico para detectar el riesgo de suicidio entre los pacientes que acuden a las urgencias. Asimismo, se ofrece una orientación planificada sobre seguridad y se lleva a cabo un seguimiento telefónico periódico. Esta intervención, afirman, permite reducir un 30% el riesgo de suicidio.
El estudio ha estado liderado por el psicólogo Ivan Miller del Butler Hospital, quien ha reconocido “estar muy satisfecho con los resultados”. “Nos gustaría haber alcanzado unos resultados más consistentes pero el hecho de que nuestra iniciativa tenga algún efecto sobre estos pacientes es alentador”, añade.
Según señala el investigador, los ensayos controlados publicados sobre intervenciones específicas no son frecuentes. El estudio liderado por Miller se centró en un grupo especial de alto riesgo: pacientes de urgencias que reconocían haber tenido ideas suicidas o que habían intentado suicidarse la semana antes de su visita al servicio de urgencias.
El estudio se realizó en 3 fases para contar con 3 grupos de comparación. En la primera fase, entre agosto de 2010 y diciembre de 2011, 497 pacientes recibieron un tratamiento habitual en los servicios de urgencias como grupo de control. En la segunda fase, desarrollada entre septiembre de 2011 y diciembre de 2013, 377 pacientes participaron en un cribado específico.
En la última fase, que tuvo lugar entre julio de 2012 y noviembre de 2013, 502 pacientes recibieron la intervención desarrollada por la Universidad de Brown. La investigación ha constatado que aquellos que participaron en el cribado, recibieron información sobre cómo prevenir el suicidio y participaron en el plan de seguridad reconocieron estar mejor preparados para afrontar nuevas ideas suicidas.
En las 3 fases, los pacientes fueron examinados para evaluar las tendencias suicidas en los servicios de urgencias y fueron seguidos durante un año con llamadas telefónicas. El número de intentos de suicidio y la proporción de personas que intentaron suicidarse disminuyeron significativamente en el grupo de intervención en comparación con el tratamiento habitual.