La depresión afecta a 120 millones de personas en el mundo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es la tercera causa de carga de enfermedad global y se estima que los trastornos depresivos se convertirán en la principal causa de enfermedades del mundo en 2030. La depresión en ancianos aumenta la discapacidad y merma su calidad de vida, asegura el estudio.
Una de las autoras del estudio, Spruha Joshi, subraya que el lugar de residencia es un factor muy importante que incide en la salud mental y en el riesgo de depresión en ancianos. Según la investigadora, “teniendo en cuenta el cambio progresivo de la población y las crecientes tasas de depresión entre los ancianos, la comprensión de los factores que contribuyen a la depresión es fundamental”.
El objetivo de esta investigación fue descubrir cuáles eran los factores que influyen en el riesgo de depresión en ancianos. Magdalena Cerdá, autora principal del estudio, afirma que ahondaron en estos factores y detectaron que la violencia juega un papel importante en el desarrollo de este trastorno psiquiátrico entre los ancianos.
Estudios anteriores ya habían encontrado un nexo entre pobreza y depresión, indica la investigadora. Sin embargo, muy pocos se habían centrado, de forma exclusiva, en los efectos que tenía sobre la población de edad avanzada. Además, estos estudios no habían evaluado qué relación existe entre las condiciones del barrio en el que residen los ancianos y la posibilidad de desarrollar depresión.
Para desarrollar este trabajo, los investigadores recopilaron los datos recogidos por el New York City Neighborhood and Mental Health in the Elderly Study II (NYCNAMES II), un estudio que evaluó, en un periodo de 3 años, las condiciones de los ancianos residentes en esta ciudad. Entre los factores analizados se encuentra la tasa de homicidios, la seguridad, la cohesión social y la transitabilidad.
De entre todos factores examinados, la violencia era la única característica del barrio que contribuyó sustancialmente a aumentar el riesgo de depresión en ancianos en las comunidades pobres y urbanas. La autora principal concluye que alrededor del 30% de la relación entre la pobreza y el riesgo de depresión se asocia a una tasa de homicidios más alta.