Las modificaciones en este gen, asociado a la esquizofrenia, suponen la desaparición de conexiones entre las neuronas. Si este proceso, que es habitual en la adolescencia, se produce de una forma excesiva puede conllevar la alteración de las funciones mentales.
Según los investigadores, tener una variante específica del gen C4 posibilita una activación inmunológica que produciría, de forma errónea, una mayor eliminación de conexiones en los pacientes.
Estos resultados, concluye el estudio, abren un camino esperanzador para el diseño de moléculas o mecanismos que puedan revertir estas deficiencias fisiológicas, y que, por tanto, sirvan como tratamiento efectivo para esta enfermedad.