Según informa el hospital, los investigadores habían detectado en un estudio anterior el circuito específico en el cerebro al que se dirigen los fármacos antipsicóticos. En el estudio publicado ahora, los científicos han hallado que el microARN es clave en la interrupción de este circuito. La disminución del microARN es necesario y suficiente para inhibir el funcionamiento normal de dicho circuito, aseguran.
Los investigadores han constatado, asimismo, que el microARN miR-338-3p puede ser la base para el desarrollo de nuevos fármacos antipsicóticos. El hospital afirma que en la actualidad existen más de 2.000 microRNA cuya función es silenciar la expresión de determinados genes y regular el suministro de las proteínas correspondientes.
El microARN miR-338-3p regula la producción de la proteína Drd2
Durante la investigación identificaron que el microARN miR-338-3p es el encargado de regular la producción de la proteína D2 del receptor de dopamina (Drd2), la diana principal de los antipsicóticos. Según el estudio, los niveles de Drd2 aumentan en el tálamo auditivo del cerebro cuando los niveles del microARN disminuyen.
Un estudio previo del laboratorio de Zakharenko relacionó los niveles elevados de Drd2 en el tálamo auditivo con las interrupciones en el circuito cerebral en ratones y reveló que la proteína estaba elevada en la misma región cerebral de pacientes con esquizofrenia, pero no en adultos sanos.
Los investigadores comprobaron que el restablecimiento de los niveles del microARN en el tálamo auditivo redujo la proteína Drd2 y restauró el funcionamiento normal del circuito, lo que sugiere que el microARN podría ser la base para una nueva clase de fármacos antipsicóticos que actúen de una manera más específica con menos efectos secundarios.