La terapia electroconvulsiva (TEC) consiste en inducir actividad neuronal generalizada al paciente mediante la electricidad. Se aplica con el uso de anestesia y bajo un estricto control médico, y se indica para tratar diversos trastornos, el principal de los cuales es la depresión resistente a otras terapias.
Pese a su mala fama, este tratamiento es eficaz y altamente seguro si se aplican los actuales protocolos de anestesia y control del paciente, asegura el hospital catalán. La investigación ha estado coordinada por el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge y se ha publicado en la revista Translational Psyquiatry.
El 75% de los pacientes logra una mejoría clínica
Es el primer estudio que caracteriza con diferentes técnicas de neuroimagen los cambios que provoca a nivel cerebral la terapia electroconvulsiva en enfermos con depresión resistente, asegura el hospital. En Cataluña, un millar de personas reciben tratamiento por electrochoques cada año, y el 75% de ellos consigue una mejora clínica.
El estudio se ha hecho en 4 momentos diferentes del tratamiento, combinando una resonancia magnética estructural con el estudio del metabolismo cerebral mediante la técnica de espectroscopia por resonancia magnética. Los investigadores detectaron un aumento significativo de la sustancia gris en determinadas áreas del cerebro (hipocampo, amígdala y corteza parahipocampal bilateral) localizadas en el lóbulo temporal medial.
Estas áreas están implicadas en la aparición de los síntomas de la depresión y se ha observado que, cuando se incrementa la sustancia gris en estos puntos, mejoran los síntomas depresivos. También han detectado una reducción de la concentración del metabolito N-acetil-aspartato asociada al aumento de volumen del hipocampo, lo que puede explicar algunos efectos secundarios cognitivos, tales como alteraciones de la memoria, que en ocasiones la TEC provoca durante un tiempo limitado.