Según informa la agencia SINC, los investigadores han usado la magnetoencefalografía para determinar si las pérdidas de memoria que suelen tener muchas personas mayores están relacionadas con un incipiente deterioro cognitivo. La prueba permite estudiar la conectividad funcional entre las diferentes zonas del cerebro.
Tal y como explica Ricardo Bruña, del CTB-UPM, “las personas mayores con quejas subjetivas de memoria no presentan deterioro cognitivo al realizar una evaluación neuropsicológica”; no obstante, hay estudios que han relacionado el sentimiento subjetivo de pérdida de memoria con mayor riesgo de desarrollar alzhéimer.
Conectividad cerebral
“Este estudio muestra que la pérdida subjetiva de memoria, incluso en ausencia de manifestaciones clínicas, produce cambios en el cerebro similares a los que se observan en un grupo de pacientes en los estadios iniciales de la enfermedad y que la magnetoencefalografía es capaz de mostrar esos cambios antes de que nuestras herramientas clínicas detecten ese deterioro”, apunta David López, también investigador del CTB-UPM y coautor del trabajo.
En concreto, la investigación puso de manifiesto alteraciones en la conectividad funcional de los pacientes con pérdida subjetiva de memoria similares a las halladas en personas con deterioro cognitivo. Esas alteraciones implicaban una desconexión entre regiones posteriores del cerebro y un incremento de conectividad entre ciertas regiones anteriores del cerebro.
De acuerdo con Bruña, la magnetoencefalografía “se presenta como una herramienta muy útil en las etapas iniciales de la enfermedad, ya que en este estudio muestra mayor capacidad para encontrar diferencias entre personas mayores con y sin quejas de memoria que nuestras herramientas habituales”. Aun así, reconoce la necesidad de realizar más estudios que ayuden a identificar qué individuos con pérdida subjetiva de memoria tienen un riesgo aumentado real de padecer alzhéimer.