Según informa la Consejería de Salud en nota de prensa, hasta el momento se han beneficiado de esta iniciativa 2 neonatos con resultados satisfactorios. Esta resonancia magnética sin sedación permite obtener imágenes de calidad, similares a las realizadas con sedación, lo cual favorece dar respuesta al diagnóstico solicitado evitando la administración de fármacos.
El hospital sevillano estima que entre 20 y 30 recién nacidos pueden necesitar una resonancia magnética sin sedación. Los neonatos deben cumplir, según señala la Consejería de Salud, una serie de requisitos: neonatos con peso superior a 2.000 gramos y edad inferior a 3 meses, que tengan indicación de resonancia magnética craneal, en situación estable y sin soporte respiratorio.
En cuanto a las patologías susceptibles de ser evaluadas el hospital aclara que son básicamente de origen neurológico e incluyen recién nacidos afectos de asfixia perinatal, encefalopatía hipóxica isquémica, hemorragias intracraneales y dilataciones de ventrículos cerebrales. En el caso de recién nacidos inestables con soporte respiratorio o bien en situaciones de urgencia, la realización de la resonancia magnética se hará de la forma convencional con sedación.
El aumento de la seguridad de los neonatos es la principal aportación de esta resonancia magnética sin sedación, ha explicado el coordinador de la Unidad de Neonatología, Javier Casanovas. Esta prueba evita la exposición del paciente a los riesgos asociados a la medicación sedante-anestésica y evita la necesidad de un tiempo de monitorización postanestésica del paciente tras la prueba, señala la consejería.
¿En qué consiste el procedimiento?
La prueba se basa en el uso de un colchón de vacío para asegurar la inmovilización del recién nacido. El recién nacido está monitorizado mediante pulsioximetría y se dispone de material de resucitación cardiopulmonar neonatal, para garantizar su seguridad.
El recién nacido se posiciona en decúbito supino tumbándolo en el colchón de vacío y se coloca la protección auditiva, procurando en todo momento su máximo bienestar y que se quede dormido. Al llegar a la sala de la resonancia, se evacua el aire del interior del colchón de vacío, conectando un sistema de succión al dispositivo.
Mientras se hace el vacío, el colchón se ajusta con las manos alrededor de la cabeza y el cuello del recién nacido para que esa zona quede bien inmovilizada durante la realización de la prueba. Al finalizar, se deja que el aire entre nuevamente en el colchón, con lo cual este pierde su rigidez y el neonato deja de estar inmovilizado para trasladarse de nuevo a la Unidad de Neonatología.