Así lo aseguran los investigadores del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR) que firman el artículo sobre la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto publicado en la Revista Española de Patología. En él, se presenta el caso de una mujer de 40 años que presenta fiebre de varios días de evolución y linfadenopatías laterocervicales 10 años después de una extracción dental.
Se realiza una biopsia de una adenopatía cervical (imagen principal) con patrón reactivo y focos de necrosis en zona subcortical (A), con abundante cariorrexis (B) e histiocitos fagocíticos, CD68 positivos (C y D). La muestra es compatible con una linfadenitis necrosante no granulocítica o enfermedad de Kikuchi-Fujimoto. Las adenopatías remiten tras la toma de antiinflamatorios.
Posteriormente, la paciente presenta brotes anuales, por lo que se instaura tratamiento con colchicina durante 2 años. Hay mejoría parcial de la clínica (menor número y menor intensidad), pero no una remisión completa; de hecho, llega a presentar un brote más severo con normalidad en las cifras de los reactantes de fase aguda y sin citopenias. Su bioquímica, proteinograma, factor reumatoide e inmunología son normales y el despistaje de tuberculosis fue negativo.
Ante este nuevo brote, se decide instaurar tratamiento con hidroxicloroquina (200mg/día), prednisona (10mg/día) y antiinflamatorios a demanda. Después de 10 meses de tratamiento con antipalúdicos, la paciente se encuentra en remisión completa. “No existe un tratamiento específico para esta enfermedad más allá de los encaminados al control de los síntomas”, afirman los autores.