“La obesidad en sí no causa artrosis, pero el incremento de ácidos grasos saturados circulantes puede inducir la infiltración de células inflamatorias por todo el cuerpo que lleven al desarrollo paralelo de ambos estados patológicos”, resume Yin Xiao, autor principal del estudio que publica Scientific Reports. Además, las adipocinas de estas células pueden incrementar la respuesta inflamatoria en la artrosis.
Para llegar a esta conclusión, los autores investigaron los signos de síndrome metabólico y los cambios en el cartílago de la rodilla de una cepa de ratas. El primer grupo fue alimentado con almidón de maíz, mientras el segundo mantuvo una dieta a base de AL, AM, AP y AE o sebo de vaca.
Tras 16 semanas de experimento, el grupo alimentado a base de ácidos grasos saturados exhibía una degradación del cartílago y el hueso subcondral característica de la artrosis. Por tanto, concluye Xiao, “las dietas ricas en grasas saturadas son muy relevantes pata el desarrollo o la prevención de la artrosis y del síndrome metabólico”.