La afectación renal en la artritis reumatoide (AR) podría estar aumentando a pesar de los tratamientos modernos, lo que estaría contribuyendo al aumento de la mortalidad entre estos pacientes, según un estudio del Hospital Nacional Kumamoto Saishunsou en Kohshi (Japón). Según estimaciones de la tasa absoluta de filtración glomerular (eGFR), el 33,8% de los pacientes de AR padecería disfunción renal; sobre todo el grupo de pacientes mayores, mujeres o con hipertensión.
El estudio trasversal, liderado por Shunsuke Mori y publicado en la revista Clinical Rheumatology, se basó en los datos de 1.908 pacientes reclutados entre 2014 y 2015 en 3 centros ambulatorios japoneses. En todos los casos se tuvieron en cuenta las características demográficas y las propias de la enfermedad, tales como duración y actividad de la AR, uso de medicamentos, seropositividad o factores de riesgo cardiovascular como diabetes o hipertensión.
Mori y su equipo observaron que, al utilizar la eGFR indexada al área de superficie corporal, la prevalencia de disfunción renal fue del 18,6%, una cifra mucho menor que la resultante de la eGFR absoluta. No obstante, los autores recuerdan que “la eGFR ajustada al área de superficie corporal puede ser engañosa en pacientes obesos o muy delgados”, de manera que, en este estudio se tomó un promedio de 1,52 m2 en lugar de 1,73 m2.
Tanto al aplicar la eGFR absoluta como ajustada, la disfunción renal se asoció con una edad más avanzada: en el cálculo absoluto los pacientes de AR con disfunción renal tenían una media de 17 años frente a los 58,8 años de los enfermos sin disfunción; mientras en el cálculo ajustado la media era de 73,1 versus 61 años. En ambos casos los pacientes con disfunción renal presentaron una duración de la AR más prolongada (12 años frente a 10,1 de media), obtuvieron puntuaciones más altas en el cuestionario de evaluación de la salud (0,56 frente a 0,35) y presentaron clasificaciones de discapacidad alta más frecuentes (52,7 contra 45,2).
Tal como señalan los investigadores japoneses, la diabetes y la hipertensión eran frecuentes entre los pacientes de AR con disfunción renal, pero no así la obesidad. Según la eGFR absoluta, la obesidad se asoció negativamente con la disfunción renal en los análisis multivariados. "Considerando que los pacientes con AR, especialmente los geriátricos, suelen presentar un tamaño corporal menor que 1,73 m2, sería preferible el uso de eGFR absoluta”, concluyen.