El estudio ha sido escrito por un equipo de traumatólogos estadounidenses, y la razón por la que los autores han analizado este tipo de lesiones es porque son las más fáciles de pasar por alto y por lo tanto, las que más pueden degenerar y convertirse en un problema mayor. Además, estas lesiones son las que más sufren los practicantes de este deporte de invierno.
El análisis de los expertos se ha basado en el examen de las historias clínicas de 3 millones de servicios de Urgencias de todo Estados Unidos. De esta manera, los expertos encontraron una conexión entre el diagnóstico erróneo de una de estas lesiones que se convirtió en dolor crónico y artritis. Del mismo modo, los autores apuntan que en la mayoría de casos se debería de haber pedido una segunda opinión a un cirujano ortopédico para concluir un diagnóstico correcto.
“Estos tipos de trauma resultan ser clínicamente relevantes, ya que pueden llegar a producir grandes problemas de movilidad a los pacientes si no son tratados de forma conveniente. La situación es más complicada de lo que puede llegar a parecer, ya que con un examen rutinario de la zona lesionada y con una radiografía standard la mayoría de estos traumas no son detectados”, escriben los investigadores.