“La infección de prótesis articulares es una complicación grave cuya prevalencia ha aumentado en las últimas décadas debido al creciente número de prótesis que se vienen implantando”, recuerdan los autores del estudio, Esther Carbó Laso, Pablo Sanz Ruiz y Javier Vaquero Martín, en una nota de prensa.
“Paralelamente, el aumento de la resistencia de los microorganismos a los antibióticos habituales y la complejidad de los pacientes hacen que el tratamiento de las infecciones sea complicado, por lo que se ha originado la necesidad de investigar nuevas formas de abordar la enfermedad”, justifican los doctores del servicio de Traumatología.
Para hacer frente a esta carencia, el equipo de investigadores ha desarrollado en colaboración con el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Pontificia Comillas y el Instituto INESCOP, un método que aísla el antibiótico durante el proceso de polimerización del cemento óseo y le permite conservar tanto sus propiedades físicas como la viabilidad del tratamiento prescrito.
Existen otros medicamentos, como la rifampicina que, a pesar de su utilidad en la lucha contra infecciones por estafilococos, deterioran las propiedades del cemento hasta tal punto que hacen imposible su uso en la práctica clínica, según justifican los autores, en favor de su método de introducción de antibióticos.
Esta capacidad del polimetilmetacrilato para liberar fármacos, “lo convierte en un material muy interesante para el tratamiento de las infecciones”. La liberación in situ, permite alcanzar concentraciones locales del fármaco mucho más elevadas que las obtenidas mediante otras vías de administración, como la oral. De esta manera se consigue llegar de forma más eficaz a la concentración bactericida mínima y curar la infección.
La importancia del hallazgo reside, en parte, en lo común de estas infecciones, que se producen en el 1% de los implantes de prótesis totales de cadera, el 2% en el caso de las ortopedias de rodilla y entre el 5 y el 12% tras una cirugía de revisión protésica. Es en estos casos cuando se retira el modelo artificial y se coloca en su lugar un espaciador de cemento óseo cargado de antibióticos.
Gracias a este proyecto, que forma parte de una línea más amplia de investigación sobre cemento acrílico, los autores han conseguido el Premio 2016 de la Fundación SECOT de Investigación Básica en Cirugía Ortopédica y Traumatología.