La estimulación eléctrica neuromuscular y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea como modalidades complementarias pueden contribuir de forma efectiva la rehabilitación tras una artroplastia total de rodilla sin desencadenar intolerancia. Es la conclusión a la que han llegado los departamentos de Cirugía Ortopédica y Medicina Física y de Rehabilitación del Luoyang Orthopedic Hospital of Henan Province (China) tras realizar una revisión sistemática de 17 ensayos que incluían 1.285 procedimientos.
Tal como recoge el Journal of Arthroplasty, 8 estudios (608 procedimientos) se centraban en los resultados de la estimulación eléctrica neuromuscular, 7 (560 procedimientos) en la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y 2 más (117 procedimientos) en la estimulación por electroacupuntura. “El análisis cualitativo sugirió que la estimulación eléctrica neuromuscular se asociaba con una mejor recuperación funcional después de la artroplastia total de rodilla y una mayor fuerza del cuádriceps”, explican.
Según informan C. Yue y su equipo, los beneficios de recuperación eran máximos cuando la eléctrica neuromuscular se realizaba una o 2 veces al día durante entre 4 y 6 semanas, con una intensidad de entre 100 y 120 miliamperios (mA) y una frecuencia de entre 30 y 100 hercios (Hz). Además, señalan, para reducir las molestias el electrodo debe ser lo suficientemente grande, de entre 100 y 200 cm2.
Respecto a la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea para la rehabilitación tras una artroplastia total de rodilla, los expertos recomiendan aplicar una intensidad de entre 15 y 40 mA y una frecuencia de 70 a 150 Hz. En cualquier caso, “los beneficios máximos dependen de parámetros optimizados y protocolos de intervención”, matizan. Por su parte, la electroacupuntura puede ser una modalidad complementaria eficaz de analgesia si se aplica a una intensidad y frecuencia de 2mA y 2Hz.