Según informa Renal & Urology News, la fusión de RMN y ultrasonidos es la última tecnología en biopsia dirigida. La prueba muestra la difusión de las moléculas de agua de los tejidos, el grosor de los mismos y el flujo sanguíneo a través de imágenes que permiten crear un mapa 3D de la próstata. Este muestra las áreas específicas de la glándula que pueden estar en riesgo de padecer enfermedad.
En ese sentido, un estudio del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense publicado en Journal of the American Medical Association estudió una cohorte de un millar de hombres; el 80% había presentado resultados negativos en las biopsias realizadas previamente a la investigación. La biopsia dirigida, sin embargo, diagnosticó un 30% más de casos de alto riesgo.
Punnen y sus colegas, por su parte, estudiaron una cohorte prospectiva de pacientes sometidos a biopsia de fusión y compararon la detección de cáncer en la zona periférica frente la zona de transición. Entre octubre de 2014 y julio de 2015, evaluaron a 133 hombres con niveles altos de antígeno prostático específico (PSA) o resultados positivos de un examen de tacto rectal.
A partir de los resultados obtenidos, revisaron el MRI Prostate Imaging Reporting and Data System (PI-RADS), priorizando las imágenes T2 para las lesiones de la zona de transición y las imágenes de difusión para las lesiones de la zona periférica. Esa modificación redujo el número de falsos positivos.