Según ha informado la organización, en 2015 se realizaron en España 388 trasplantes renales de donante vivo, una cifra ligeramente inferior a la del año anterior, donde hubo un crecimiento muy alto. A pesar de todo, se trata de la segunda mejor cifra desde que comenzara el programa, en 1991. Este tipo de trasplantes suponen el 13% de los renales; permitió al 67% de las personas en lista de espera recibir un órgano.
Las mujeres representan el 64% de los donantes vivos de riñón, aunque el 62% de los receptores de trasplantes de riñón de donante vivo son hombres; esto tiene que ver con el hecho de que la enfermedad renal crónica (ERC) sea más prevalente entre los varones. De hecho, 2 tercios de los pacientes afectados son hombres.
En España, la tasa de donante vivo de riñón es de 8,3 por millón, mientras que la de donante para trasplante de riñón total asciende a 39,7 por millón. El 13% de los trasplantes son de donante vivo, frente al resto, que son de donante fallecido. Por comunidades autónomas, Cataluña, con una tasa de 21,31 trasplantes de vivo por millón de pacientes, va a la cabeza, seguida de Galicia y País Vasco.
La edad media del donante es 52,2 años, algo más de 10 años que la media del donante en EE.UU., y la del receptor 46,6. El 95,5% de receptores de trasplantes de vivo es adulto. De los niños, el 79 por ciento de donantes son mujeres y el resto varones. El receptor es varón en el 79% de los casos; el donante suele ser la madre (64% de los casos) o el padre (14%). En el resto de casos, hay otro tipo de filiación genética.
“Es necesario un cambio de filosofía y convencerse de que, entre los trasplantes, el mejor es el procedente de donante vivo, tanto para jóvenes como para pacientes de edad avanzada”, ha señalado en el Congreso de la SEN el especialista Fernando Cosío, que desarrolla su labor profesional en la Clínica Mayo de Minnesota, donde se realizan el 82% de todos los trasplantes renales que se hacen en EE.UU. Allí, el 35% de los trasplantes renales son de donante vivo.