Los investigadores han observado que el precio de la operación es más caro si el receptor tiene un alto nivel de alosensivilización, obesidad o probabilidades de sufrir un fallo renal. Según señalan los investigadores en la publicación, los precios del trasplante también varían según la profesión del receptor, si alguno de los 2 es propenso a enfermedades renales o de su actividad física. “La complejidad de la operación de trasplante de provoca que la intervención resulte una de las más caras de este país”, señalan los investigadores.
Según señala el estudio, la variación del precio de esta intervención provoca que se dificulte el acceso a un trasplante de riñón a aquellos pacientes con posibilidades de volver a padecer una enfermedad renal con facilidad, como es, por ejemplo, el caso de los obesos. Ante esta situación, se ha aprobado una ley en Estados Unidos cuya finalidad es hacer más accesible esta operación y, sobre todo, que los pacientes más jóvenes cuenten con cierta prioridad, independientemente de su clase social, raza, edad o sexo, al igual que reducir los tiempos de espera para esta intervención.
Se realizan, aproximadamente,16.000 trasplantes de riñones al año en Estados Unidos, y más de 100.000 personas están en la lista de espera, estima la fundación del riñón estadounidense. El tiempo de espera de varía en todo el país, el tiempo promedio de espera es de 36 meses, según indican los investigadores, quienes señalan que el año pasado más de 4.400 personas fallecieron mientras esperaban. La nueva ley considera que las personas están en la lista de espera desde el momento en que empiezan la diálisis, no desde el momento en que entran en la lista.